Llevo desde el 26 de junio probando Windows 10, desde sus versiones “preview” como usuario del “Windows Insider Program”, como ya os comentaba tanto en Twitter como en Facebook, hasta su versión definitiva: 10240 (“Thank you to our Windows Insiders for helping us build Windows 10. If you’re a Windows Insider and running build 10240 – you already have the Windows 10 we are making available today. All you need to do is check Windows Update and make sure you have all the final updates”).
He de decir que esta nueva versión de Windows me parece realmente buena, y sigue confirmándose el que para mí es un ciclo de aciertos y errores alternados, que probablemente insinúe el tiempo verdaderamente necesario para “cocinar un buen producto”: Windows XP (bueno), Windows Vista (horrible), Windows 7 (el mejor hasta ahora), Windows 8 (buen intento), Windows 10 (en la tónica de Windows 7 pero con muchas mejoras).
Las mejoras de Windows 10: intuyo que mantiene la estabilidad de Windows 7 (es pronto para asegurarlo del todo), el interfaz gráfico está realmente empotrado en el sistema y, aunque esto no sea una mejora en sí misma creo que ayuda a esta otra: el rendimiento en máquinas “tradicionales”, de las que tiraban bien con un Windows XP, es fantástico. Yo lo he probado en un portátil con 2GB de RAM y procesador Core 2 Duo a 1,2GHz y os puedo asegurar que va como iba el XP y mejor que el intento que hice con Windows 7.
Respecto al software, las mejoras que más me han llamado la atención son estas tres:
Y este tercer punto me lleva directamente a comentar la gran crítica que está recibiendo: el respeto a la privacidad (espero que no la reciba de los mismos que alaban a otros que también lo hacen ;-)).
¿Qué se esconde detrás del “regalo de Windows”? Parece que cada vez hay más voces clamando lo que ya leí en su día no recuerdo dónde: en la actual época el precio de un producto no es el dinero que has de pagar por él sino tú mismo. Como en toda gran celada, Microsoft sacrifica una fuente de ingresos monetarios, contantes y sonantes, para ganar en información que tiene sobre nosotros, y todo el mundo de posibilidades que “ésta parece abrir”.
Nos hemos convertido en un producto básico pero con un gran potencial. Su misión es descubrir todo lo que necesitamos, ponérnoslo delante con un bonito envoltorio y empujarnos a comprar: desde un viaje a unos calzoncillos, desde un pendiente a una entrada de cine…
…Y a ser posible en su propia tienda, que dotarán de productos exclusivos como ya hacen otros.
Ejemplo integrado en el sistema: cuando te envían un archivo cuyo programa para abrirlo no tienes instalado, y haces click sobre él, ¿dónde crees que vas? ¿A la web en busca de un programa sugerido como hacíamos hasta ahora…? ¡No no no! …A su magnífica “Store de Apps”.
Así que, un último consejo antes de despedirme: vender tu información abre un mundo de posibilidades y sugerencias (tanto es así que Cortana, el asistente personal “inteligente”, no funcionará si no lo haces). La configuración por defecto del sistema cuando se está instalando pone todos los cebos posibles tanto visuales como en lenguaje de persuasión para que así sea. Está en ti decidir si quieres “venderte” o no. Si estás en este último caso "no instales a lo loco (siguiente… siguiente… siguiente…)". Piensa cada paso, entra en las opciones avanzadas, lee y selecciona.
No obstante, un servidor cree que esta tendencia es imparable. Ya ocurre en los Smartphone: los Androids nos vendemos a Google, los iPhones a Apple… Microsoft, que hoy por hoy no tiene chance en esta guerra pues “le han robado” el mercado de los móviles (Android: 83.8%; iOS: 12.2%; Windows: 2.8%), ¿cómo podía obtener esa información tan ansiada (historial de búsqueda en los navegadores, lugares físicos y lógicos que visitamos, análisis de nuestros correos, historial de llamadas… ¡”nuestra propia voz”!)? La respuesta la tenían sobre la mesa: explotar los desktops, donde aún tienen un “99% de cuota”.
¡Y nuestros gobernantes protegiéndonos de las cookies con ese maldito banner! …Ay señor, señor…
¡Trepidante batalla!
(…to be continued)
P.D.: yo también ansío escuchar tu voz ;-) ¿Qué piensas? ¿Tienes una reflexión, una recomendación técnica, un…? Déjame tu mejor comentario.