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INTRODUCCIÓN

En la introducción el autor plantea los siguientes puntos:

¿Cuál es la motivación del libro? Nos cuenta que le interesa la estupidez (fracasos de la inteligencia) y el elaborar un tratado sobre ella porque "el enseñarla como asignatura troncal en todos los niveles educativos produciría enormes beneficios sociales". "Si la inteligencia es nuestra salvación, la estupidez es nuestra gran amenaza. Por ello merece ser investigada..."

Pero, ¿es de verdad tan grave la cosa? Según el autor sí: "la historia de la estupidez abarcaría gran parte de la historia humana". Es más, le parece que "hay que hacer una inversión de toda la historia, porque una parte de lo que consideramos glorioso es indecente". Y apunta la necesidad, y su esperanza, de que alguien afronte el reto de escribir una historia universal de la estupidez, "que nos deje a todos estupefactos y arrepentidos".

Y aunque hasta ahora, fundamentalmente, hemos hablado de estupidez, el autor piensa que "la palabra estupidez se ha convertido en un insulto, tan disperso como un perdigonada, y no tiene prestancia científica". Prefiere hablar por ello de fracasos de la inteligencia señalando así la hondura del asunto.

¿Cuándo fracasa la inteligencia? "La inteligencia fracasa cuando es incapaz de ajustarse a la realidad, de comprender lo que pasa o lo que nos pasa, de solucionar los problemas afectivos o sociales o políticos; cuando se equivoca sistemáticamente, emprende metas disparatadas, o se empeña en usar medios ineficaces; cuando desaprovecha las ocasiones; cuando decide amargarse la vida; cuando se despeña por la crueldad o la violencia".

Además, la inteligencia fracasa individual y colectivamente: “hay unas dinámicas de grupo expansivas y otras depresivas. Las sociedades pueden ser inteligentes y estúpidas según sus modos de vida, los valores aceptados, las instituciones o las metas que se propongan”. Intentando justificar este punto Marina se pregunta: ¿Qué fue el régimen nazi o el régimen soviético, qué fueron las mil paradas triunfales, sino una terrible estupidez?

El objetivo que el autor se propone en el libro es empapar de inteligencia la vida diaria.

Y el objetivo de la inteligencia, según Marina, es “la felicidad”, y por ello, “todos sus fracasos tienen que ver con la desdicha”.

Introduce, para terminar, un nuevo concepto: “inteligencia dañada” que es aquella que sufre un individuo sin ser responsable ya que, y cuando, “las circunstancias, las experiencias, limitan los recursos intelectuales de una persona, su capacidad para enfrentarse con la vida”. Un ejemplo: “un niño al que se le ha inoculado el odio va a sufrir un desajuste permanente en su vida. Es una inteligencia dañada”. “Muchas veces es difícil distinguir entre la inteligencia dañada y la fracasada, porque ambas llegan a los mismos penosos resultados”.

El autor, pedagogo, cree que “la inteligencia puede triunfar y sería deseable que lo hiciera”. Y, en sus propias palabras, “la finalidad de este libro es ayudar a reducir la vulnerabilidad humana”.